Lecciones para defender tu proyecto con Oscar Niemeyer
Querido Mies:
Muchas veces es difícil el dialogo entre arquitectos y clientes. Los primeros al tener unan formación de varios años en la Arquitectura tienen incorporados principios sobre los cuales se sientan las bases de su conocimiento. Estos principios están tan arraigados a su lógica de pensamiento que al enfrentarse con un problema resultan obvios. Pero como la mayoría de los clientes no tienen la obligación de poseer este tipo de formación suelen provocarse chispas a la hora de fundamentar los proyectos. Muchas de las leyes que son consideradas sagradas para los arquitectos parecen ridículas ante los ojos de los comitentes y es allí donde los arquitectos deben poder defender su proyecto ¿Pero como hacerlo?
Esta es la historia de cómo el gran Oscar Niemeyer resuelve la proeza con notable ingenio. Así es como el maestro carioca narra lo sucedido: " La primera vez que fui a Brasilia en avión nosotros fuimos con los militares. Yo me senté al lado del Marechal Lott y en el trayecto, el me pregunto: ¿Niemeyer, nuestro edificio va a ser clásico, no? Yo le conteste sonriendo: ¿Usted en una guerra, qué va a preferir? ¿Arma antigua o moderna?"
Nos gusto esta anécdota porque en vez de discutir y darle una teórica de arquitectura explicándole las razones que hacen que el edificio sea así, Niemeyer simplemente apela al sentido común y lleva la conversación al campo de conocimiento de Lott poniendo en evidencia su lógica de pensamiento.
Well played Niemeyer, well played.
Hasta la proxima carta,
Nosotros los arquitectos.
Dear Mies,
It´s often said that the relationship between clients are architects can be tricky. Architects have a solid construction and design background, they are strongly opinionated and live by design principles that are attached to them (eg. Le Corbusier´s modulor, five points, etc). So, when facing problems they know exactly how to solve them. Clients, on the other hand, don´t have the obligation to know these architectural golden rules so this could cause trouble. Most of our rules can sound ridiculous to the clients (a house as a machine? )and that´s when architects need to be able to defend their ideas, but how?
This story is about how the great Oscar Niemeyer stands up for what he believes with remarkable wit. In his own words: "The first time we went to Brasilia we flew with the military. I sat beside Marechal Lott and during the flight, he asked me: Niemeyer, you are doing a classical building, right? I smiled and replied: During war what do you prefer classic or modern weapon?"
We loved this story because instead of having a long and boring argument about the benefits of modern architecture and the reason behind why the building is like that, Niemeyer simply appeals to common sense and talks about things Lott understands, making his way of thinking clear.
Well played Niemeyer, well played.
Looking forward to the next letter,
We, the architects.
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