Australia en llamas
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Querido Mies,
Los recientes
incendios en Australia y el Amazonas nos hicieron reflexionar sobre los cambios
que está atravesando la tierra, la destrucción de los ecosistemas naturales y
el impacto ambiental.
Como arquitectos,
tenemos el poder de preservar o demoler, construir o destruir hogares y
refugios de millones de seres. Nuestra obra genera una huella sobre la tierra
nos guste o no.
De cara al futuro,
entendemos que hemos llegado al punto de no retorno. Lo que hagamos ahora
determinará el futuro de las próximas generaciones.
Pero, ¿Cómo revertir la situación? ¿Cómo
proteger nuestro planeta?
Hay mucho por hacer.
Por supuesto, hay acciones inmediatas, como
donar a organizaciones que amparan animales y familias afectadas. Pero
también, es necesario un cambio más profundo. Un cambio de conducta. Repensar
las bases con las que edificamos las ciudades.
Aprendamos del maestro
Murcutt. Antes de construir o levantar un ladrillo:
Estudiemos la tierra, su composición y textura
Estudiemos el viento , su dirección y
frecuencia
Estudiemos las
precipitaciones, su duración e intensidad
Estudiemos el sol, su
recorrido y orientación
Evitemos gastos innecesarios
de energía y materiales. Proyectemos estructuras que sean amigables con el
medio ambiente. Defendamos la presencia de árboles, flores y arbustos, que
alojan cientos de especies.
Porque, la verdad es,
que la naturaleza no depende de nosotros para sobrevivir. Sino que nosotros de
ella. Pensemos como Murcutt:
“Entiendo estos edificios como si fueran un
instrumento. Es verdaderamente importante para mí. Bien mirado, un instrumento
musical es un objeto completamente estático hasta que alguien lo coge y lo hace
sonar. Mis edificios son estáticos hasta que el viento empieza a soplar. Hasta
que los pájaros empiezan a cantar. Hasta que empieza a llover. Y de repente,
cuando la lluvia cae con fuerza, abres los aereadores y los olores del campo
entran en la casa, se oye el canto de los pájaros y el sonido del agua, se oye
cómo la lluvia arrecia, se la oye fluir. Son cuestiones cruciales para mí.
Dicho de otro modo, se trata de una composición. No hay música sin composición.
Hay una orquesta que toca y un público que escucha. En estos edificios somos el
público, el público son las personas. El edificio es un instrumento que
interpreta la partitura que ofrece la naturaleza. Eso
es lo que procuro conseguir.”
Hasta la próxima carta,
Nosotros los arquitectos.
Australia on fire: What can we do to help?
The recent Australian and Brazilian
wildfires made us think about the terrible changes mother Earth is facing: the destruction of natural ecosystems, the
death of billions of animals, the climate change.
As architects, we have the power to
preserve or demolish, construct or destruct, the homes of a million species. Whether
we like it or not, we can make a huge impact
.
Looking towards the future, we understand
we reach the point of no return. What we do in the next couple of years will
determine the future of the generations to come.
So,
how can we reverse the situation? How can we protect our planet?
There is so much to do yet so little time. Of
course, as an urgent measure, we can donate to organizations that shelters animals
and families who were affected by the catastrophe. But there is also the need
for a greater change. A deeper
change. We need to reestablish the foundations in which build our cities.
Let us learn from master Murcutt. Before we
start working:
We must study the earth,
We must study the wind,
We must study the sun,
We must study the site
Let's avoid unnecessary expenses of energy
and materials. Let's design structures that are friendly to the environment.
Let us defend the presence of trees and flowers, which house hundreds of
species.
Because
the truth is, nature doesn´t need us to survive, we need her. Let's think like
Murcutt:
“I
see these buildings more like an instrument. It´s really important to me. If
you think of a musical instrument, it’s absolutely static until somebody picks
it up and starts making it work. My buildings are static until the wind starts
to blow. And until birds start to sing. Until the rain falls. And all of a
sudden, when the rain is falling heavily, you lift the ventilation flap and
smell the bush coming in and listen to the birds and listen to the rain falling
and listen to the water getting heavier and heavier and listen to it flowing.
These are critical issues for me. In other words, there´s a composition. In
music there´s a composition. You require an orchestra to play and an audience
to listen. In these buildings, we are the audience, humans are the audience.
The building is the instrument that´s picking up the score, which is nature. That´s
what I´m trying to achieve”.
Looking forward to
the next letter,
We, the architects.
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